¿Qué diferencia a Hal de Frodo?

Por Miguel de Molina


He de confesar que en Clint Eastbook sentimos debilidad por el mal denominado "subgénero" de la literatura de ficción conocido como ciencia ficción. Hace poco, tomando algo con unos amigos bastante bibliófilos surgió la cuestión de cuál era la línea que separaba la ciencia ficción de la fantasía. Todos diferenciamos a simple vista si una historia es de fantasía o de ciencia ficción, pero en realidad, ¿conocemos realmente la diferencia? ¿Qué separa a la inteligencia artificial Hal de Frodo Bolsón? ¿Cuál es la diferencia entre Camino, el mundo poblado de obsesivos compulsivos de la saga de Ender y la famosísima Poniente de la "Canción de hielo y fuego" de R.R. Martin? ¿Star Wars pertenecería a la ciencia ficción o a la fantasía?

Tras un liviano aunque vehemente debate sobre la cuestión las conclusiones fueron muchas, pero llegamos a un clarificador entente que pasaré a relatar a continuación.

El género fantástico es un concepto amplio de por sí. De hecho los expertos no acaban de ponerse de acuerdo del todo en una definición concreta que no resulte ni demasiado laxa ni demasiado hermética y limitante. Además, el terror de autores como H.P. Lovecraft o incluso novelas de realismo fantástico como La Metamorfosis de Kafka hace aún más complicado definir el género. Una eminencia sobre el tema es Tzvetan Todorov, cuyo libro "Introducción a la literatura fantástica" en 1970 es un referente de cabecera en toda investigación sobre el tema. Todorov definió lo fantástico como "la vacilación que experimentaba un ser que sólo conoce las leyes naturales frente a un acontecimiento sobrenatural que las violaba".

Evidentemente , si bien es un punto de partida, se antoja un poco amplia como definición. ¿Acaso no encaja en esa definición la sorpresa que experimenta el protagonista de El planeta de los simios? O, si me apuráis, a Gepetto al comprobar que su marioneta se dirigía a él como si fuera un niño?

En la reunión acordamos caballerosamente que en nuestra opinión la diferencia entre ciencia ficción, fantasía y terror estribaría en lo siguiente: la ciencia ficción armaría tramas fantásticas que se apoyarían (con mayor o menor legitimidad y/o acierto) en la ciencia y sus posibilidades para dar una mayor verosimilitud a sus planteamientos y además plantear al lector cuestiones filosóficas y trascendentes (el caso de sus mayores exponentes como 1984 de Orwell, o la saga Odisea de Arthur C.Clarke o la trilogía Fundación de Asimov y sus cientos de relatos).

La fantasía, sin embargo, rompería su compromiso con la realidad de manera más rotunda, y no suele plantear grandes cuestiones filosóficas, sino más bien ensalzan valores morales como el valor, la virtud, la amistad, el coraje, la verdad, el bien,...La fantasía heroica sería un buen ejemplo de esto, relatos emocionantes en los que las líneas morales están más definidas que en la ciencia ficción, aunque existan destacables excepciones como el extraordinario manejo de los claroscuros del alma humana por parte de George R.R. Martin en su Juego de Tronos. También en otro extremo, pese a los sables láser y sus tecnológicas naves, la saga Star Wars de George Lucas sería un ejemplo casi paradigmático de fantasía, y el viaje de Luke encarnaría el del héroe clásico.

Finalmente el terror sería un tipo de género en el que podríamos decir, simplemente, que prevalece ese sentimiento durante la lectura.

En Clint EastBook hemos llegado a esta conclusión, pero seguramente hay muchas otras maneras de verlo. ¿Tú cómo lo ves? ¡Cuentanos!